A mi amigo Luis Manent, descendiente de los JULIÁ
El pasado lunes tuvo lugar la presentación a los medios informativos de la futura Casa de la Música, una potente inversión de Bankia que consiste básicamente en restaurar la emblemática Alquería Julia y convertirla en un espacio que simbolice la magnificencia de la música en la Comunitat Valenciana.
Más concretamente, será la futura sede de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana, albergará salas y contenidos sobre la música valenciana y al mismo tiempo posibilitará la dinamización cultural del barrio valenciano de Nou Moles.
Al evento no falló prácticamente ningún medio de la Comunitat Valenciana. Y gracias a las claras explicaciones del arquitecto del proyecto y a la exposición convincente de la Directora Corporativa de Marca de Bankia, Silvia Bajo, pudimos saber de primera mano lo que se pretende hacer allí. Además, visitamos las obras y tomamos conciencia de la magnitud de la inversión. Un total de 3.5 millones de euros costará la rehabilitación y el acondicionamiento del edificio, que se inaugurará durante el primer trimestre del 2020, pues las obras van a buen ritmo.
El proyecto está muy meditado y lleno de significatividad. Incluye los siguientes elementos de interés:
- La rehabilitación de la Alquería Juliá, un edificio seriamente deteriorado y abandonado durante los últimos años. Esta actuación ha evitado que un edificio BIC, que alberga elementos artísticos, arquitectónicos e históricos, se perdiera para siempre. Solo esto ya justifica per se la intervención y la inversión. Pero hay más.
- El edificio será la sede de la FSMCV, una reivindicación histórica del colectivo que lleva muchos años solicitando a la Generalitat la cesión de algún inmueble que permita el funcionamiento de esta entidad con todas las garantías. Una cuestión que las diferentes administraciones no habían sido capaces de resolver durante las últimas décadas y que lastraba el funcionamiento diario de esta asociación que ocupa todavía un inmueble en la Calle Sorní, en unas condiciones inadecuadas.
- Se pondrá a disposición del tejido cultural y asociativo del barrio un espacio de desarrollo cultural y educativo de gran interés. Así se dará respuesta a una reivindicación histórica del movimiento vecinal que contemplaba, con resignación y con cierta rabia, el deterioro de su querida Alquería y el cierre de un espacio para sus actividades. La prensa de estos últimos años se ha hecho eco periódicamente de esta petición ciudadana.
- La ciudad de Valencia dispondrá, con este edificio restaurado, de un atractivo cultural más que se añadirá al circuito cultural propio.
Junto a todo esto, a nosotros nos gustaría poner el énfasis en un aspecto que consideramos crucial: El elemento simbólico que supondrá esta Alquería para la música y para los músicos valencianos.
La música es un factor de identidad valenciana plenamente aceptado. Más incluso que la propia lengua valenciana, ya que prácticamente no hay ningún municipio valenciano, ya sea del norte o del sur, del interior o de la costa, que no tenga una o dos sociedades musicales.
¡Ya era hora, necesitábamos un elemento simbólico que contribuyera a visualizar todo lo que la música supone para el pueblo valenciano! Un lugar común donde mostrar al mundo la potencia de esta manifestación asociativa sin parangón en ningún lugar del mundo. En definitiva, un espacio que ofrezca con claridad el relato de éxito que hemos construido todos durante décadas alrededor de la música.
Y ha tenido que ser Bankia la entidad amiga de los músicos valencianos desde hace varios años. Tenía a mi lado durante la presentación a un periodista muy conocido en el mundo de las bandas que me decía, emocionado, que lo que estábamos viendo era “una cosa muy seria” para la cultura valenciana. Añadía que estábamos ante una acción cultural de gran potencia, posiblemente de las más importantes durante los últimos años, a la altura de la rehabilitación de la iglesia de San Nicolás.
La familia Juliá fue durante muchos años un símbolo de riqueza en Valencia, posiblemente construyeron esta Alquería para poner en valor su poder económico. Su jardín legendario, el pinar cercano y la ubicación en plena huerta son una muestra de todo ello. Aún hoy podemos imaginar a los miembros de este poderoso linaje contemplar desde la torre de la Alquería sus dominios, una muestra de grandeza en toda regla ganada durante siglos.
Para añadir más interés y magia a la restauración de la Alquería, las tareas de conservación han rescatado del anonimato una enigmática leyenda en latín situada en la puerta principal de entrada que el paso del tiempo había borrado: Pulchiora latent. Esta leyenda puede traducirse como “las cosas bellas se nos muestran ocultas”. La frase admite muchas interpretaciones, esa es la verdad. Pero nosotros lo vemos muy claro, el tiempo ha dado nuevamente un sentido a esta Alquería, que acaba de recuperar otra vez su esplendor de la mejor manera posible, pues albergará el tesoro más valioso que se pueda encontrar aquí: La representación de la música y de los músicos valencianos. Si el edificio pudiera hablar, nos transmitiría con toda seguridad su satisfacción.
Gracias a Bankia una vez más y enhorabuena a todos los músicos valencianos, acabamos de dar un paso de gigante en la dignificación de nuestras sociedades musicales.
Deja una respuesta